En nuestro cerebro tenemos un cannabinoide que provoca la adicción a los productos mas placenteros como el chocolate, pero también a los mas peligrosos como las drogas, gracias a un estudio reciente echo por " Neuropsychopharmacology" de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, del comportamiento de los ratones. (Véase entrada anterior:

  En los países desarrollados como el nuestro la obesidad y otros trastornos vinculados presentan un problema de enorme magnitud. Las recientes investigaciones relacionan estos trastornos como la obesidad con enfermedades de un perfil adictivo que pueden contener sustratos biológicos parecidos a los implicados en la  adicción a las drogas.

  Gracias a este estudio pudimos avanzar en el estudio de las enfermedades conductivas por la comida.

Att: La chica del chocolate

Ratones con adicción al chocolate

Es posible desarrollar una adicción al chocolate en los ratones como se ha demostrado en un reciente estudio.

El comportamiento adictivo se indujo mediante el empleo de comida de alta palatabilidad del chocolate que los ratones tenían que buscar de manera activa en una caja de comportamiento operante. Tras un largo entrenamiento en la búsqueda de este tipo de comida, los ratones que desarrollaron este comportamiento adictivo realizaron entre 600 y 2000 respuestas en una palanca activa para obtener 20 mg de comida con dicho sabor a chocolate.

 Los ratones siguieron presionando la palanca a pesar del pequeño pero molesto estimulo eléctrico que este les daba.
 Este comportamiento adictivo había sido visto en roedores bajo el efecto de potentes drogas como la cocaína .
 Aquellos animales que desenvolvieron este comportamiento sufrieron cambios en su secuencia de ADN que codifica para el receptor cannabinoide CB1, que tiene un papel muy importante en la adicción a las drogas.
 El bloqueo farmacológico o la ausencia genética de este cannabinoide CB1 impide que los roedores desarrollen un comportamiento adictivo a pesar del entrenamiento en la busqueda de estos alimentos con sabor a chocolate.
 Por tanto, si esto pasa en los roedores, ¿cómo no nos iba a pasar a nosotros?

Att: La chica del chocolate